Ginecología

Revisiones ginecológicas

Las revisiones ginecológicas son necesarias en cada etapa de la vida de la mujer: adolescencia y primera menstruación, comienzo de las relaciones sexuales, asistencia preconcepcional, embarazo, parto y menopausia.

Adolescencia:

Aunque no existe una edad establecida para la primera visita al ginecólogo, el comienzo de la menstruación puede ser el momento adecuado, ya que en estas consultas se suelen resolver todas las dudas que tienen las pacientes. El objetivo es abordar las inquietudes que puedan tener, además de informarles sobre la importancia de seguir unos hábitos de vida saludable para la prevención de enfermedades y el cuidado de su salud.

Los motivos de consulta más frecuentes por los que las adolescentes suelen acudir a la consulta son los siguientes:

  • Trastornos menstruales: sangrado abundante, sangrado prolongado, dolor menstrual, etc.
  • Síndrome del ovario poliquístico.
  • Pubertad tardía o temprana.
  • Hirsutismo: Se denomina hirsutismo al crecimiento excesivo de vello oscuro y grueso en zonas donde las mujeres no suelen tenerlo, siendo más típico en los hombres.


Edad adulta:

A partir de los 25 años es recomendable realizarse una revisión ginecológica de forma periódica. Dicha frecuencia variará en función de cada mujer, de su edad y de los antecedentes médicos familiares o personales que tenga, pero lo recomendable es que se realicen cada año, sobre todo para facilitar el diagnóstico precoz de distintas enfermedades como el cáncer de cérvix o el cáncer de mama (con una elevada incidencia) y para evaluar el estado de la salud sexual y reproductiva de la mujer. Para ello, se realizarán las pruebas necesarias, en función de la situación de cada paciente: citología, tacto vaginal, ecografía, etc.

Además, en estas consultas también se proporcionará a las pacientes asesoramiento sobre la planificación familiar y los distintos métodos anticonceptivos que existen.

Asimismo, se abordan otras patologías como:

  • Suelo pélvico: En la Unidad de la Mujer ofrecemos distintas opciones de tratamiento para el abordaje de las lesiones asociadas a esta patología, bastante frecuentes tras los partos o en la etapa de la menopausia: incontinencia urinaria, prolapso genital, etc.
  • Patología cervical: Incluye aquellas enfermedades que aparecen en el cuello uterino, algunas de las cuales podrían derivar en lesiones cancerosas o cáncer de cuello de útero. En estas consultas se realiza el seguimiento de estas lesiones premalignas, mediante la realización de pruebas como la colposcopia. Un procedimiento que permite examinar en profundidad el interior del cuello uterino, la vagina y la vulva, facilitando el diagnóstico y pudiendo así ofrecer el tratamiento adecuado.
  • Endometriosis
  • Menopausia: La perimenopausia es el periodo de transición hacia la menopausia, que está condicionado por los desajustes hormonales. En esta fase el ciclo menstrual empieza a ser más irregular hasta que desaparece por completo, comenzando la etapa de la menopausia. A pesar de que hay muchas mujeres que creen que a partir de este momento ya no es necesario acudir al ginecólogo, sigue siendo muy importante. Con la menopausia aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades como la osteoporosis, la incontinencia urinaria, el cáncer de mama, el de ovario, etc., y estas revisiones nos pueden ayudar a detectarlas de forma precoz. Además, en esta nueva etapa, en la que se producen cambios significativos en la vida de la mujer, el acompañamiento y asesoramiento ginecológico también es fundamental.


Cirugía Ginecológica

La cirugía ginecológica es un procedimiento para el tratamiento de algunas afecciones en el sistema reproductor femenino. Estas cirugías pueden realizarse vía abdominal, vía vaginal o vía endoscópica. En la mayoría de los casos, y siempre que sea posible, se realizará mediante la técnica de histeroscopia o laparoscopia. Ambas se pueden utilizar, tanto para fines diagnósticos como terapéuticos, y una de sus principales ventajas es que la recuperación del paciente es más rápida y menos dolorosa, al ser menos invasiva.
La histeroscopia permite visualizar el interior del útero y cuello uterino, facilitando el diagnóstico de patologías como los pólipos y la laparoscopia permite visualizar el interior del abdomen y la pelvis de la paciente.

Las intervenciones ginecológicas más habituales

Entre los procesos quirúrgicos que se realizan con mayor frecuencia en ginecología se encuentran:

  • Histerectomía (vía abdominal, vaginal o laparocópica).
  • Miomectomía.
  • Conización.
  • Histeroscopia
  • Labioplastia. Abordaje quirúrgico o mediante Laser CO2 (lo que supone una recuperación más rápida para el paciente con menor sangrado).