VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO
Hablemos del VPH: ¿Qué es y cómo podemos prevenirlo?
La Doctora Leire Ochoa de Eribe, Ginecóloga del Hospital General de la Santísima Trinidad nos habla de la importancia de tratar y prevenir una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuente.
La infección por VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial. Es responsable de lesiones malignas del cuello uterino, vulva, vagina, ano, pene y algunas orofaringeas. La mayoría cursan de forma asintomática por lo que resulta fundamental realizar seguimiento periódico, para evitar lesiones precursoras.
La vacuna frente a esta infección ha demostrado una elevada eficacia en los últimos 10 años, reduciendo en hasta un 97 % los casos de cáncer de cervix. A su vez ha demostrado ser un tratamiento seguro con mínimos efectos adversos.
¿Qué es el VPH?
El virus del papiloma humano es una familia de virus, con más de 100 serotipos diferentes. Puede afectar a diferentes regiones del organismo como la piel y las mucosas del aparato respiratorio y región genital.
¿Cómo se transmite?
La infección genital por VPH se adquiere por contacto sexual, siendo ésta, la enfermedad de transmisión sexual más frecuente, hoy en día, a nivel mundial. Tanto es así que el 80 % de la población sexualmente activa presentará infección por este virus en algún momento. Este hecho es debido fundamentalmente a que el preservativo no evita la transmisión del mismo, aunque sí que la reduce en un 70 %. Los dos principales factores determinantes de esta infección son la edad y el número de parejas sexuales; a menor edad y mayor numero de parejas, mayor riesgo de infección.
¿Cuál es la importancia de esta infección?
El VPH es el principal agente causal de las lesiones precursoras y del cáncer de cuello de útero. Otros cánceres menos comunes como los de vagina, vulva, ano y pene están también relacionados con la infección por VPH. Así mismo, las verrugas genitales (condilomas acuminados) son el resultado de la infección por determinados serotipos de VPH de bajo riesgo.
Aproximadamente el 70% de los casos de cáncer de cuello de útero en el mundo son producidos por los tipos de VHP 16 o 18. Los genotipos de bajo riesgo, VPH 6 y 11 producen un elevado porcentaje de displasias cervicales leves y más del 90% de las verrugas genitales o condilomas. Generalmente las infecciones por VPH ceden espontáneamente en un plazo máximo de dos años, pero pueden persistir y producir lesiones premalignas de cuello uterino, que si no se tratan, pueden evolucionar en 20-30 años a un cáncer cervical. Por ello, la detección precoz mediante cribados sistemáticos representa una estrategia de prevención secundaria muy eficiente para prevenir la presencia de cáncer cervical.
Uno de los factores de riesgo más importantes de infección persistente es el tabaquismo. La edad disminuye el riesgo de infección pero aumenta el de su persistencia.
¿Cuáles son las estrategias para su prevención?
El cribado por medio de citología ginecológica y el test de detección de virus, realizado de forma adecuada y mantenida, ha conseguido reducir en hasta un 80-90 % la incidencia y mortalidad por cáncer de cervix. Por medio de estas técnicas se consigue realizar un diagnostico precoz de las lesiones precursoras para evitar su progresión a neoplasias.
Para poder llevar a cabo este método de prevención, resulta fundamental realizar controles periódicos en consultas de ginecología o de enfermería especializada (matrona).
Vacunación frente al VPH
La vacuna frente al virus del papiloma humano resulta clave en la prevención, tanto de la infección (prevención primaria) como de las lesiones precursoras (prevención secundaria).
Existen dos tipos de vacunas comercializadas en nuestro país y ambas contienen los serotipos 16 y 18, que son los responsables del 70% de casos de cáncer de cuello de útero. La vacuna del VPH presenta una excelente respuesta inmunitaria y ha demostrado mantener dicha respuesta en niveles similares al inicio, durante los 10 años que lleva comercializada. Por ello, la eficacia de la misma, en la prevención del cáncer de cervix, es de hasta un 97 %, si se administra en población que no ha iniciado relaciones sexuales.
Recomendaciones de vacunación: 3 dosis 1-3-6 meses
Niñas de 9 a 14 años. Elevada inmunogenicidad en este rango de edad y sin exposición previa al VPH y por tanto máximo potencial preventivo de la vacuna. Se debe tener en cuenta que en España, el 7% de menores de 16 años han tenido relaciones sexuales. En Castilla y León esta incluida en el calendario vacunal, a los 12 años de edad.
Mujeres hasta mayores de 14 años o ya iniciadas relaciones sexuales: existe evidencia de elevado potencial preventivo.
– Podrían reducirse la transmisión, re-infección y persistencia.
– Está demostrado que reducen la tasa de recurrencia de lesiones precursoras, incluso en mujeres que han tenido
que someterse a un tratamiento quirúrgico de las misma.
Hombres: no existe indicación de vacunación en la actualidad, aunque esta previsto que la haya en un futuro, si no se consiguen altas tasas de vacunación en mujeres.
¿Es segura la vacuna?
La Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento ha hecho público un estudio realizado en 2 millones de mujeres que determina la seguridad de esta vacuna, confirmando que no existe riesgo añadido de la aparición de enfermedades autoinmunes, como se ha llegado a afirmar en algunos medios. Los efectos secundarios más habituales, son las reacciones cutáneas locales, así como fiebre o alguna reacción vaso vagal. En este estudio se evidencia que el riesgo de dichos efectos secundarios no es, en ningún caso, mayor al que existe con la administración de otras vacunas.