Se estima que el 80% de la población mundial con dolor moderado o intenso tiene un acceso insuficiente o nulo al tratamiento del dolor

Si preguntamos a cualquier persona que nos defina el dolor, observaremos que la subjetividad inherente del dolor dará lugar a comentarios muy diferentes unos de otros. Las expresiones que cada persona emplea para describir el dolor suelen variar mucho.

La medicina ha llegado a un consenso y el dolor se define, siguiendo las directrices de la Sociedad Internacional para el Estudio y Tratamiento del Dolor, como una experiencia sensorial y emocional desagradable, vinculada con lesión real o potencial de tejidos o descrita en términos de dicho daño.
Si nos fijamos en la definición podemos señalar que es un fenómeno complejo y de difícil definición debido a su naturaleza subjetiva e individual. El punto de vista actual sobre el dolor es que afecta a la actividad del Sistema Nervioso Central, las emociones, los pensamientos y las creencias de forma simultánea y estos sobre él.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el dolor como un importante problema de salud pública mundial. En 2007, identificó la necesidad de ofrecer un tratamiento mejorado y estandarizado del dolor crónico (tanto maligno como no maligno) y del dolor agudo. Debe señalarse que el dolor es más que un síntoma; es una comorbilidad grave que afecta e influye en las respuestas de los pacientes al tratamiento médico y quirúrgico, con consecuencias tanto sobre la evolución clínica como sobre la calidad de vida.

Se estima que el 80% de la población mundial con dolor moderado o intenso tiene un acceso insuficiente o nulo al tratamiento del dolor.

Las principales características de estos pacientes son:

  1. Deterioro progresivo en su capacidad funcional para desarrollar actividades en su trabajo, hogar y situaciones sociales.
  2. Dependencia de los sistemas de salud (múltiples consultas, exámenes de laboratorio e imagenología y procedimientos invasivos).
  3. Alteraciones del sueño.
  4. Alteraciones del ánimo (ansiedad, depresión).
  5. Eventual ganancia: búsqueda de pensiones de invalidez o licencias.
  6. Otras: síndrome de desuso, poca adherencia a tratamientos, incapacidad funcional que excede la patología orgánica.

Se puede presentar en ausencia de patología orgánica actual.


Tratamiento que se puede ofrecer

 Los principales resultados a obtener con un plan de tratamiento son:

  1. Restaurar la función.
  2. Reducir el dolor (no crear falsas expectativas de una supresión completa de éste).
  3. Mejorar el sueño.
  4. Mejorar los estilos de afrontamiento.
  5. Reducir los estados de estrés afectivo.
  6. Posibilidad de volver al trabajo.
  7. Utilización ordenada y adecuada de medicamentos para mejorar la funcionalidad.

 

En la #UnidadDelDolor de la FHGST ofrecemos tratamientos específicos para cada persona. Y es que no todos los tratamientos funcionan igual con cada persona debido a que el dolor es una experiencia individual.