Hidrocución (“corte de digestión”): qué es, síntomas y recomendaciones para que no se produzca

Con la llegada del verano, la recomendación de esperar dos horas para poder meterse en el agua y así evitar los temidos cortes de digestión se repite cada año. Coloquialmente se utiliza el término corte de digestión para referirse a la hidrocución o shock termodiferencial, que se produce como consecuencia de un cambio brusco de la temperatura corporal al entrar en contacto con el agua fría.

Esta diferencia brusca de la temperatura, que puede darse por diferentes circunstancias: meterse en el agua fría tras haber realizado ejercicio físico, después de las comidas (proceso de digestión) o tras haber tomado el sol durante mucho tiempo, puede hacer que se produzcan cambios en la presión arterial, que disminuya la frecuencia cardiaca, etc., provocando náuseas, mareos, escalofríos, visión borrosa, e incluso la pérdida de conocimiento (aumentando el riesgo de ahogamiento).

Aunque la hidrocución no se asocia exclusivamente a la digestión, sí es cierto que cuando se inicia el proceso de digestión se concentra una mayor cantidad de sangre en el aparato digestivo, aumentando la temperatura corporal. Por eso es importante seguir siempre una serie de recomendaciones para aclimatar el cuerpo a la temperatura del agua y evitar así que se produzca un shock termodiferencial.

Recomendaciones:

  • Meterse en el agua muy poco a poco, procurando no sumergir la cabeza de forma brusca.
  • En el caso de haber ingerido una comida copiosa, se recomienda esperar un par de horas antes de bañarse.
  • No hacer ejercicio físico justo antes de meterse en el agua.
  • Hidratarse constantemente.

En caso de sufrir alguno de los síntomas mencionados anteriormente, la recomendación es clara: salir del agua para que el cuerpo recupere su temperatura corporal normal, además de hidratar poco a poco a la persona que lo está sufriendo. Si los síntomas son más graves o si el malestar continúa, es conveniente acudir al médico.

 
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