El Hospital de la Santísima Trinidad realiza cirugías mínimamente invasivas para el tratamiento del cáncer de esófago
El Hospital de la Santísima Trinidad realiza cirugías mínimamente invasivas para el tratamiento del cáncer de esófago
El Dr. Nicolás Macías, cirujano general de la Fundación Hospital General de la Santísima Trinidad, señala que pese a la complejidad de esta técnica, al ser menos agresiva para el paciente, disminuyen las complicaciones
El Dr. Nicolás Macías en uno de los quirófanos de la FHGST
El cáncer de esófago se produce cuando las células de la pared esofágica comienzan a crecer de forma descontrolada y sobrepasan en número a las células normales, produciéndose un tumor que puede llegar a estrechar el calibre del esófago. Es una patología muy grave, que precisa de la participación de varios especialistas para su tratamiento. Los casos operables, que no son todos, requieren una cirugía muy compleja para la extirpación completa del esófago, por su situación anatómica y porque implica sustituir este órgano para permitir la alimentación normal. Habitualmente, se utiliza una porción de estómago para restablecer la continuidad del tubo digestivo. La dificultad de la cirugía aumenta si tenemos en cuenta que el tumor debe ser extirpado en su totalidad, con suficiente margen sano alrededor, y que este concepto de totalidad incluye los ganglios linfáticos adyacentes, explica el Dr. Macías.
Para ello, generalmente se precisaban grandes incisiones, una en el tórax y otra en el abdomen. Sin embargo, gracias al abordaje combinado laparoscópico y toracoscópico, ahora podemos realizar este procedimiento a través de incisiones de 1 cm o menos, manteniendo las mismas garantías de extirpación completa del tumor y disminuyendo las complicaciones y la estancia hospitalaria. Técnicamente es todavía más complicado que el abordaje tradicional, pero el nivel de agresión que sufre el paciente es mucho menor y eso influye directamente en su recuperación, continúa el cirujano.
Principales ventajas.
Las principales ventajas de esta técnica repercuten directamente sobre la evolución de los pacientes. Aunque la cirugía del esófago presenta un porcentaje elevado de complicaciones y con este tipo de abordaje no podemos eliminarlas todas, es cierto que de esta manera conseguimos reducirlas: menor dolor postoperatorio, que facilita la movilización precoz, una reintroducción de la dieta oral más temprana y una drástica reducción de las complicaciones respiratorias. Sin olvidarnos de las ventajas desde el punto de vista oncológico, con extirpaciones completas y tiempos de recuperación más cortos, que permiten administrar la quimioterapia postoperatoria dentro de los márgenes de tiempo recomendados, señala el especialista.
Los enfermos de cáncer de esófago son pacientes complicados, generalmente desnutridos y con un sistema inmune debilitado, por lo que precisan un seguimiento estrecho y no descuidar ningún aspecto de su recuperación. Aunque se trata de tumores de mal pronóstico, es necesario transmitir que existen opciones de tratamiento que mejoran la supervivencia y aportan calidad de vida, y esas opciones son una realidad para nuestros pacientes, concluye el cirujano.