¿Conoces la diferencia entre alergia o intolerancia alimentaria?
El Dr. Alberto Álvarez Delgado, especialista en Aparato Digestivo de la FHGST, señala las diferencias en este post. Además nos explica qué factores están relacionados con el aumento de los casos de alergias e intolerancias alimentarias
La intolerancia generalmente implica una respuesta del sistema digestivo, como la incapacidad para digerir o metabolizar ciertos alimentos sin que haya una causa orgánica responsable (como puede ser la enfermedad celiaca, la enfermedad inflamatoria intestinal, etc.). Puede deberse a la falta o disminución de enzimas necesarias en la mucosa intestinal o a la sensibilidad que producen ciertos componentes de los alimentos a la membrana intestinal. Sin embargo, hay ocasiones en las que además de síntomas digestivos, también puede existir afectación de la piel, trastornos sistémicos o neurológicos como las migrañas.
Son bastantes frecuentes en la población, se estima que en torno a un 30% de los españoles sufre algún tipo de intolerancia, siendo la intolerancia al gluten, la fructosa, o lactosa las más frecuentes, aunque también existen otras más infravaloradas como la intolerancia al trigo.
El gran problema de las intolerancias o sensibilidades a alimentos es la desinformación o la falta de un diagnostico adecuado. En numerosas ocasiones, muchos pacientes son diagnosticados de síndrome de intestino irritable, pudiendo tener otro tipo de patología asociada.
Por otro lado, la alergia alimentaria es una reacción del sistema inmunológico a algunas proteínas específicas de los alimentos, pudiendo tener consecuencias más graves en la salud. Las alergias se manifiestan de forma casi inmediata tras consumir el alimento que produce esta reacción (sobre todo en los casos más graves) y puede provocar síntomas como: urticaria, erupciones, estornudos, dificultad para respirar, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, mareos, e incluso en los casos graves, puede desencadenar en un shock anafiláctico.
Las alergias con síntomas graves son vistas en las consultas de alergología y es importante reconocer la causa o el tipo de alimento para retirarlo de la dieta. En otras situaciones, existen patologías digestivas mediadas por inmunoglobulinas, en relación con alimentos, que son tratadas en la consulta de digestivo: la esofagitis eosinofílica, la enteritis eosinofílica, la infección aguda por anisakis, etc.
El problema de estas patologías es la creciente prevalencia y la dificultad para detectarlas. Es habitual que las personas que padecen algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria desconozcan cuál es el alimento que les ha causado esa reacción, sobre todo si se consumieron varios alimentos al mismo tiempo. En estos casos, y como ya hemos dicho anteriormente, lo mejor es acudir al especialista para que pueda pautar las pruebas necesarias para establecer un buen diagnóstico. Con respecto al aumento de los casos, el Dr. Álvarez afirma que éste puede atribuirse a factores como cambios en la dieta, exposición temprana a ciertos alimentos (productos precocinados, cereales modificados genéticamente), mayor acceso de la sociedad a las consultas médicas (lo que ha facilitado el diagnóstico y tratamiento), alarma social, disminución de la calidad de vida, estrés, etc.
