La Residencia de Mayores Santísima Trinidad incorpora la realidad virtual a las terapias con sus residentes

Jorge Areces, responsable de transformación digital de la Fundación Hospital General Santísima Trinidad, destaca los beneficios de esta tecnología para las personas mayores

Marta Recio, terapeuta ocupacional de la Residencia de Mayores Santísima Trinidad, junto a tres residentes durante una sesión del taller de estimulación con realidad virtual

 

En la actualidad, la realidad virtual (RV) ha trascendido su reputación inicial como herramienta de entretenimiento, vinculada principalmente a videojuegos, para mostrarse como una tecnología con una amplia gama de aplicaciones en diversos campos. Sorprendentemente, uno de los sectores en los que está impactando positivamente esta tecnología es el de las personas de edad avanzada, en particular, en aquellas que viven en residencias para mayores.

Integrando la realidad virtual en la vida cotidiana de este colectivo, descubrimos que no solo puede mejorar su calidad de vida, desde el punto de vista físico y cognitivo, sino que también les proporciona experiencias gratificantes que de otra manera estarían fuera de su alcance. Esto nos recuerda cómo la tecnología tiene el poder de mejorar y enriquecer nuestras vidas, sin importar la etapa en la que nos encontremos.

¿Cómo funciona esto en la práctica?

 A nivel cognitivo, la RV se presenta como una aliada para mantener a los mayores mentalmente activos, mediante aplicaciones y juegos diseñados especialmente para ellos, con los que se pueden trabajar aspectos como la memoria, la atención y otras capacidades cognitivas. Además, también puede mejorar su condición física, a través de la realización de sencillos ejercicios en los que se trabaja el equilibrio, la fuerza… La ventaja de esta actividad es que se realiza en entornos simulados como parques, ríos, paseos marítimos, etc., lo que la hace más atractiva.

No podemos olvidarnos del ámbito social y emocional, ya que, en ese sentido, la realidad virtual se convierte en una ventana al mundo. Permite a las personas mayores viajar virtualmente a lugares que físicamente les resultaría difícil visitar y revivir momentos de su pasado. Esta interacción, además de contribuir a mejorar su estado anímico y reducir los niveles de estrés y ansiedad, puede ser un antídoto eficaz contra sentimientos de soledad o aislamiento.

La adaptabilidad es otra de las fortalezas de la realidad virtual. Por lo general, cuando envejecemos nuestra capacidad visual y auditiva se ve afectada en mayor o menor medida. Sin embargo, las experiencias con esta tecnología pueden ser modificadas para adaptarse a la situación individual de cada persona, intensificando sonidos o ampliando imágenes, según sea necesario.

Por todo ello, creo que la realidad virtual no solo se erige como una innovadora herramienta tecnológica, sino también como un puente hacia una mejor calidad de vida para las personas mayores. Su capacidad para amoldarse y satisfacer las necesidades cognitivas, físicas y emocionales de estas personas es una muestra palpable de cómo la intersección entre tecnología y humanidad puede generar experiencias enriquecedoras y significativas. Al superar barreras físicas y mentales, la RV promete un futuro donde el envejecimiento puede ser una etapa llena de descubrimientos, aprendizaje y conexiones que contribuyan al bienestar.

Incorporando la realidad virtual en la Residencia de Mayores Santísima Trinidad

Teniendo esto presente y buscando ofrecer siempre la mejor atención a nuestros residentes (en el ámbito del modelo de atención centrado en la persona), en la Residencia de Mayores Santísima Trinidad hemos decidido incorporar esta nueva tecnología para promover el envejecimiento activo y saludable de nuestros mayores. Este nuevo proyecto forma parte del programa “Actívate”, incluido en el plan de acción social de la Fundación Hospital General de la Santísima Trinidad, que tiene entre sus objetivos favorecer el bienestar social de las personas mayores.

Para iniciar este emocionante proyecto, hemos adquirido varios sets de Realidad Virtual de alta calidad, que permitirán a los residentes experimentar con la tecnología de manera regular. Para su implementación ha sido necesario que el personal del centro estuviera debidamente formado y capacitado, no solo para poder supervisar las sesiones, sino también para guiar y apoyar a los residentes a medida que se sumergen en esta nueva experiencia.

Hemos puesto un énfasis especial en seleccionar aplicaciones y experiencias de RV que estén alineadas con las necesidades y preferencias de nuestros residentes, desde sesiones centradas en el ejercicio y la rehabilitación, pasando por viajes virtuales a lugares lejanos, hasta sesiones diseñadas para revivir recuerdos y aprender nuevos conceptos.

Para medir el éxito y el impacto de este proyecto, hemos establecido varios indicadores clave de rendimiento (KPIs) que revisaremos regularmente. Nos interesa saber cuántos de nuestros residentes participan activamente y con qué frecuencia. Asimismo, mediremos el impacto en la función física y en la dimensión cognitiva, así como su nivel de satisfacción y bienestar emocional, a través de instrumentos estandarizados. También estaremos atentos a la disminución de síntomas negativos como la depresión o la ansiedad, que puedan ser aliviados gracias a la inmersión en la RV.

Nuestras expectativas son altas. Esperamos que después de 6 meses la mayoría de nuestros residentes muestren mejoras en pruebas cognitivas y físicas. Además, aspiramos a que la mayoría manifieste sentirse más satisfecho y conectado, reduciendo así los sentimientos de aislamiento o desánimo.